Dicen que lo que los demás hagan no es un tema nuestro, algunos acostumbrados a ver la desgracia ajena y por tantas imperfecciones que se ven, como el que pide y tiene y el que no tiene pide y ya no confiamos, nací en un hogar humanista, mi familia me crio para nunca dar la espalda ante la desgracia, a saber que dar más no está mal, ahora en la vida lo aplico, aunque a veces no siempre se puede ayudar o aportar, es importante siempre poder hacer algo, tengo amigos, que salen a las calles a dejar comida a las mascotas que no tienen hogar, la naturaleza a veces es injusta, pero jamás se detiene, ni pide permiso.
Las injusticias nos hacen sensibles, el dolor de nuestros familiares, amigos y el nuestro no son ajenos, y todos nos redimimos ante las lágrimas y el dolor, pero a veces no somos capaces de dar tanto apoyo moral y el económico(dentro de nuestras posibilidades), esto aplica para lo cercano, es decir nuestro circulo o cuando hay situaciones catastróficas, o desgracias mundiales, a veces no es que viajemos al otro lado del mundo, ¿pero sabes que si viaja en menos de lo que despega un avión? Tus palabras, el mensaje que sale de tu boca, ese que provoca que las personas tengan conversaciones que constituyan, y esto al final habla bien de ti y ayuda a alguien o algo en específico.
Considero que también es un tema de coherencia y reciprocidad, es decir de ayudar y ser sujeto a que te ayuden, exentos y excepción somos, y nunca esperando recibir para dar, ya que como la cadena de favores, no se sabe de dónde vendrá devuelto el favor y lo más importante lo que das no siempre es devuelto por la misma persona.
Al final podemos y tenemos la libertad de expresarnos, misma oportunidad que no todos tienen.